Cuando se cuentan los visitantes de los parques y jardines urbanos, uno se sorprende siempre por los altos niveles de frecuentación. Los contadores automáticos permiten comprender mejor los patrones de uso de los parques y jardines y gestionar mejor los equipamientos, adaptar los horarios de asistencia o la frecuencia del mantenimiento en función de los flujos de tráfico reales.
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